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02 diciembre 2005

ZP y los diferentes

Carod disfrazado de catalán


Quieren ser diferentes para ser independientes. Quieren desvincularse de todo lo español para aparentar que ellos son otra cosa y ya que las razones históricas no son lo bastante sólidas, lo soportan todo con el lenguaje. El argumento definitivo, tanto de vascos como de catalanes es que tienen su propia lengua, como si ello fuera bastante para ser una nación.

Afirman que “Cataluña es una nación porque tiene lengua propia” pero por esa regla en el mundo habría seis mil naciones ya que existen seis mil lenguas. Todas las naciones tienen más de una lengua regional y a pesar de ello son una misma nación, pero los políticos catalanes se creen distintos en su aldeanismo.

Cataluña ha sido siempre una región del Reino de Aragón y más tarde del Reino de España y en algunos cortos lapsos de la República Española. Nunca fue un reino por sí sola, como lo fueron Galicia, León, Castilla, Navarra, Mallorca y Valencia. Sin embargo, están empeñados en que Mallorca y Valencia forman parte de su "reino".

Los políticos catalanes y muchos de sus adoctrinados conciudadanos presumen de no tener el Español por lengua materna y primera, pero luego no sólo es el idioma más utilizado en la intimidad sino que además pretenden ganarse la vida con el idioma español ya que el catalán es un idioma regional que no sirve fuera de Cataluña. Bastante provinciano y penoso todo ello. Sobre todo cuando pretenden que sirva de base para su utópica nacionalidad.

El lenguaje forma parte de nosotros y es una de nuestras señas de identidad y una de las cosas que más nos vincula a unos con otros, por eso es tan importante para los nacionalistas. La primera barrera que se antepone a la integración es el idioma. Sin un idioma común no hay entendimiento sino aislamiento y eso es exactamente lo que buscan los independentistas, aislarse y alejarse de lo español y por ello no es de extrañar que los independentistas catalanes exijan controlar la política lingüística.

Pero no hacen otra cosa que aplicar las enseñanzas de Sabino Arana: "La diferencia del lenguaje es el gran medio de preservarnos del contacto de los españoles”. En Cataluña no hacen falta “ikastolas” porque de hecho ya llevan muchos años de adoctrinamiento en las escuelas y ahora, desde que los fascistas de ERC imponen su doctrina, es peor. Ahora se endurece lo del idioma para hacer a los catalanes más diferentes. Lo de la lengua catalana se ha convertido en un auténtico suplicio para los no nacidos allí, menos para el inmigrante aragonés conocido como Carod Rovira que, a semejanza de ZP, utiliza el apellido materno para dar mayor prestancia y carácter a su mediocridad.

La labor de adoctrinamiento ya está dando sus frutos debido a que aquellos que eran niños cuando empezaron a adoctrinarlos ahora son adolescentes. Muchos maestros catalanes han inculcado a los niños que ellos no son españoles y que España es el enemigo de Cataluña. Estos pederastas políticos, que pervierten ideológicamente a los niños en edad escolar deberían estar perseguidos por la Ley en lugar de amparados por una ley a medida. Al principio se educaba a los catalanes, más tarde se adoctrinaba a los catalanes y ahora van a empezar a amaestrar a los catalanes. Les van a enseñar a portarse como buenos catalanes independientes y que se crean que estar en el redil del marxismo separatista es lo mejor.

Hay que conservar las peculiaridades, incluido el idioma, de todas las regiones de España, pero resulta inadmisible que a los españoles se nos obligue en Cataluña a hablar otra lengua desconocida para nosotros, por muy peculiar que fuera para la minoría aldeana. Y si además no se permite el castellano, estamos en lo que se llama "imposición testicular" o "por coacciones" de todo aquello que les diferencia de los demás. Los españoles tenemos derecho a expresarnos en Cataluña en nuestra propia lengua ya que no hemos salido de España ni cruzado frontera alguna. Ese modo dictatorial de hacer patria y convertir por decreto a todos los ciudadanos en catalanes, según los usos y costumbres del lugar, comenzó con un provinciano complejo de inferioridad superado a base de adoctrinamiento, engreimiento y vanidad que, con los años, ha derivado en un injustificado complejo de superioridad.

Los mandatarios catalanes siempre han sido conscientes de que la suya no era una cultura ni una historia comparables a la castellana o andaluza, entre otras, que marcaron hitos irrepetibles. Si bien Cataluña tiene personajes y hechos importantes en su haber, nunca alcanzaron los logros que Castilla o Andalucía aportaron a la humanidad y esto les ha marcado negativamente. Ese fue el origen de su complejo inicial y de su afán de superación y antagonismo nacionalista posterior.

ZP, el ciudadano español que por ley está más obligado que cualquier otro a defender la unidad nacional, apadrina tanto a los separatismos como al islam, precisamente los enemigos de la unidad nacional y los únicos que levantan barreras para fortificar sus feudos. Aislarse de los demás por medio del idioma y potenciar sus rasgos culturales no es privativo de los separatismos. También el islam lo utiliza para mantener a los suyos incontaminados de la influencia occidental. Según La Razón (2004.10.07), los imanes obligan a los presos árabes a quemar libros y aparatos de televisión y radio en las cárceles españolas. Bajo amenazas y coacciones, tampoco les dejan leer prensa, ni cualquier otro texto que no sea el Corán. Como muchos catalanes alienados, no quieren contaminarse de lo español, no quieren integrarse.

Lo punible del tema es que sea justamente el presidente Rodríguez quien dedica todo su apoyo y atención a quienes buscan ahondar las diferencias.

Los protegidos de Rodríguez, intentan –y muchas veces lo consiguen– que se confunda a los gobernantes con el país. Cuando se les ataca quieren hacer creer que se ataca a la comunidad catalana y mucha gente lo cree sin darse cuenta, en sus pocas luces, que atacar a los chorizos metidos a políticos no es atacar a la identidad "nacional" y mucho menos a la ciudadanía que los sufre. Esto es lo que están haciendo actualmente en el tema de la COPE. Aunque resulta frecuente, nunca debe confundirse la Nación con el Gobierno.

Defienden a los "héroes" que se encadenaron frente a la COPE y califican su actitud de "valiente". Defender cuanto imponen los separatistas es valiente. Defender lo contrario es buscar la confrontación.

Son ellos, la excepción de los diferentes, quienes nos hacen parecer distintos y contrarios a la normalidad. Es lamentable pero cuatro catetos –sólo hay que ver sus fotos– muy alejados de lo mayoritariamente correcto son los que nos están gobernando.

Está claro que Rodríguez prefiere a los diferentes.

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