ZP, ese hombre - IV parte

Ya lo dijimos, lo anticipamos y lo anunciamos porque estaba cantado. El entreguismo a Europa de nuestro infausto presidente nos ponía en sus manos y sería explotado para sacar partido de nuestra debilidad, incompetencia para negociar y colaboracionismo con intereses ajenos a los españoles.

El presidente Rodríguez es el responsable del declive de nuestra flota pesquera como Felipe González lo fue de la ruina de nuestra ganadería, cuando, con tal de apuntarse los méritos de nuestra incorporación a la Unión Europea, hizo toda clase de concesiones hasta el punto de que en 1986 –en que España ingresó en la UE– teníamos 220.000 explotaciones ganaderas que se vieron reducidas a tan sólo 39.000 por imperativo de Europa, que se aprovechó de nuestra sumisión.

En plena prohibición de pesca en aguas de Marruecos, con una flota que hacía milagros para sobrevivir, nuestro lamentable ministro Moratinos declaró que España apoyaría la entrada de productos pesqueros de Tailandia en la Unión Europea para facilitar la recuperación de la industria pesquera tailandesa después del maremoto sufrido en las costas del sur del país.

Tan loable ofrecimiento de apoyo no fue bien recibido por nuestros pescadores que no acababan de entender cómo desde nuestro Gobierno se favorecía que la competencia se metiera el mercado europeo perjudicando todavía más a nuestros maltrechos pescadores, sobre todo teniendo en cuenta que la industria pesquera tailandesa está situada en las costas del norte y allí no hubo maremoto alguno ni la industria sufrió daños (ABC 16-1-2005 – "Moratinos encrespa los ánimos de agricultores y pescadores").

Más tarde, por fin se iniciaron negociaciones que culminaron en un preacuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos el pasado mes de Julio, al que el PSOE dio una sonora y triunfal acogida afirmando que la flota andaluza sería la principal beneficiaria del convenio. A pesar de ello hubo quienes lo pusieron en duda... y llevaban razón. Los beneficiarios eran todos menos España, tal como denunciaron los portavoces del sector.

Sin duda el gran beneficiario era Marruecos que conseguía una gran compensación económica y deshacerse de las especies depredadoras que impedían prosperar a otras de mayor interés económico que se reservaba para la flota particular de la corona alauita –la mayor del país que incluso alquila barcos extranjeros para explotar sus caladeros–. Al excluirse del preacuerdo la flota de arrastre quedó fuera la flota onubense en bloque y quienes de verdad se beneficiaban de lo pactado en Bruselas, además de Marruecos, fueron Francia y sobre todo Holanda y, a pesar de ello, la propaganda del Gobierno ZP lo presentó como un éxito de su gestión cuando en realidad solamente podrían acogerse al acuerdo las pequeñas embarcaciones de la flota artesanal (El Mundo 31-7-2005 – "La trastienda de un preacuerdo pesquero").

Con tantas circunstancias adversas y con Rodríguez en el Gobierno, totalmente entregado a quienes más pueden perjudicar a España, la suerte de nuestra flota pesquera estaba echada.

La flota pesquera española sigue siendo la de mayor tonelaje de Europa, pero los griegos nos superan ya en número de barcos y los italianos en potencia motriz. La capacidad total de nuestros barcos sigue siendo la mayor de la UE a pesar de haberse reducido un 18% en los últimos diez años, un porcentaje que nos sitúa como el país que más embarcaciones ha desguazado desde 1995 en que éramos los primeros en todos los aspectos, pero desde entonces hemos perdido el 29% de potencia y nuestra segunda plaza ya la amenaza Francia, a quien antes multiplicábamos por siete su potencia. También hemos perdido el 23 % de las unidades.

Tales recortes tenían por objeto cumplir las recomendaciones europeas que pretendían reajustar las flotas a los cada vez más exiguos recursos pesqueros, aunque lo único que hemos conseguido, una vez más, es hacer el pardillo.

Así, mientras España seguía esa pauta, Francia ha aumentado un 7% su potencia. Claro que ese porcentaje se queda en una nimiedad si se analiza la actitud de Dinamarca, que no sólo ha desoído los consejos de comedirse, sino que ha duplicado el número de caballos instalados en sus barcos.

Además, si se tiene en cuenta que, desde 1995, los daneses han reducido en un 35% las unidades de su flota y prácticamente han mantenido su tonelaje (-2%), se deduce que el país tiene menos barcos, pero de mayores dimensiones y mucho más potentes. Algo similar ha hecho Irlanda, que ha recortado el número de embarcaciones pero ha aumentado su capacidad un 43%, aunque se ha contenido a la hora de elevar la potencia.

Pero si algún país ha incumplido abiertamente todos los programas operativos para ajustar la flota a los recursos pesqueros ése ha sido Francia, que ha crecido en todos y cada uno de los parámetros: el número de barcos ha aumentado un 19% con respecto a 1995, el tonelaje se ha incrementado en el mismo porcentaje, y la potencia ha crecido un 7%

Por contra, España tiene ahora un 23% menos de buques que en 1995, está un 29% por debajo de la potencia que tenía hace diez años, y ha reducido un 18% la capacidad de su flota pesquera (La Voz de Galicia 4-12-2005 "Marítimas").

Para terminar –con nuestra flota pesquera, se entiende– la Unión Europea ha negociado con Marruecos un nuevo tratado pesquero sin tener para nada en cuenta que nuestra flota es la más afectada.

Como en el preacuerdo citado antes, los grandes beneficiarios serán Francia y demás amigos de nuestro presidente Rodríguez. No iban a incrementar el número de barcos, su tonelaje y su potencia en balde.

A Rodríguez le están untando, o su masonería le obliga a favorecer ocultos intereses, o es tonto de capirote o algo parecido porque lo del presidente del Gobierno de España no tiene explicación. Hay que pensar lo peor y lo del beneficio de la duda ya no cabe, son demasiados los casos.

Si esto fuera una empresa privada, Rodríguez ya no ocuparía el cargo y tendría problemas con la Justicia. Como se trata de política, tiene patente de corso, nunca mejor dicho.