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18 febrero 2006

ZP y Máximo Cajal

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En “El País” del 14.02.06 podemos leer un artículo de Máximo Cajal titulado “Blasfemia” donde hace responsable a la prensa europea de la violencia creada en el mundo musulmán por la publicación de las caricaturas de Mahoma. Máximo Cajal aprovecha para culpar a las sociedades libres y democráticas de la violencia e intransigencia del mundo islámico por cuanto han ofendido a su sentimiento religioso y les han provocado.

Por mi parte y en relación con la “materia reservada” he criticado la publicación de las fotos de los malos tratos a iraquíes por inoportunas y porque provocarán represalias, pero nunca se me ocurriría hacer responsables de la violencia o de actos terroristas a otros que no fueran quienes los cometen, aunque me parece irresponsable que sabiéndolos capaces de matar por ello, algunos comerciantes del morbo periodístico no duden en publicarlo y estoy en contra de su publicación para preservar la vida de inocentes frente a la barbarie irracional y el fanatismo de los extremistas islámicos, únicos responsables de sus actos.

De ofensas a los sentimientos religiosos los cristianos sabemos mucho. Somos actualmente los más perseguidos y estamos soportando agravios de todo tipo sin que nadie se haya manifestado violentamente. Siguiendo la tesis del Sr. Cajal podríamos decir que la violencia de los fundamentalistas de ETA se debe a que nuestra sociedad, libre y democrática, está ofendiendo a su sentimiento nacionalista y les hemos provocado. De esa forma, el tal Cajal nos haría responsables de las muertes de las víctimas del terrorismo de la misma forma que hace con occidente respecto de la violencia y el terrorismo musulmán.

Pero veamos quien es Máximo Cajal porque una vez conocidos sus antecedentes nadie se extrañará de cuanto diga.

Este diplomático jubilado, pro-marroquí, asesor del PSOE en relaciones internacionales y seguramente el plagiador de la fantástica teoría de la Alianza de Civilizaciones, es el que patrocina la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos ya que dice se trata de “una situación colonial que es una afrenta a Marruecos” y añade que “Hay que reintegrar la integridad territorial a Marruecos”.

Máximo Cajal, es el actual representante personal de Zapatero para la Alianza de Civilizaciones, que pretende sirva para adoctrinar a la juventud con el fin de “acabar con los prejuicios” y para lo cual estudia la "revisión de los manuales escolares".

Este preclaro visionario capaz de encauzar a la humanidad mediante una alianza de civilizaciones, admite que el concepto "no es una iniciativa propia" de Zapatero, sino que sus antecedentes están en la propuesta del “Diálogo de Civilizaciones” que propuso el presidente iraní, Mohamed Jatamí, a finales de la década de los noventa, al que Cajal y Zapatero han plagiado aunque la de Jatamí estaba centrada en el diálogo cultural y académico y lo de ZP quiere ir mucho más allá.

Cuando el PSOE preparaba las elecciones que no pensaba ganar, apartó a Cajal del partido por sus ideas "inaceptables", sin duda de cara a los votantes moderados. Hoy, ganadas las elecciones e importándoles un pimiento los votantes moderados, es el asesor personal del presidente Rodríguez.

Este antiguo diplomático español que asesora a Rodríguez sobre asuntos del Islam y que se manifiesta tan descaradamente en contra de la integridad territorial española y en favor de la marroquí, se limita a expresar su rechazo a las caricaturas por cuanto han ofendido el sentimiento religioso del mundo islámico, pero no hace mención alguna ni rechaza la publicación de las fotos de los malos tratos por parte de soldados de la coalición. Mientras que unas caricaturas nunca debieron publicarse porque provocan, las fotos de los malos tratos –igualmente provocadoras– ni se mencionan por Cajal, que está encantando de su publicación porque hacen aparecer a los soldados ingleses y americanos como verdugos y torturadores. Y en cuanto a los sentimientos religiosos de los católicos españoles, reiteradamente ofendidos por gentuza de la misma calaña que Cajal, no han merecido una sola palabra de su parte.

Y es que al final, Máximo Cajal lo que hace es aprovechar la coyuntura de las caricaturas para considerarlas un "atropello" que pone de manifiesto la necesidad de su Alianza de Civilizaciones.

Ni más ni menos que escoge aquella parte del problema que puede servirle para arrimar el ascua a su sardina, aunque apeste.

¡Puaggg...!




Más sobre el Máximo C.:

http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276272159.html
http://www.libertaddigital.com/php3/noticia.php3?cpn=1276254717
http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276264330.html
http://www.libertaddigital.es/php3/noticia.php3?cpn=1276254714

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